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Se le conoce como Santa María La Blanca de Valdivia
Su posición fue factor determinante para que a mediados del siglo pasado, se iniciara desde Valdivia la colonización alemana de la Región de los Ríos y la Región de los Lagos de Chile. Desde aquella época se produjo un intenso desarrollo de la actividad industrial, convirtiéndose en uno de los principales centros de población del sur del país.
Visto el Gobernador tan buena comarca y sitio para poblar una ciudad y ribera de tan buen río, y teniendo tan buen puerto, fundó una ciudad, he intituló la ciudad de Santa María la Blanca de Valdivia, y estableció alcalde y regimiento.
Fundóse en 1552. ...el río pasa junto a ella y los navíos entran a la ciudad por él_ (Adaptación de Jerónimo de Vivar).
Un río y una ciudad de plata, que esté asentada sobre el mismo río, y encima de una torre de la misma ciudad, una bandera blanca con una cruz roja.
Así nacieron a partir de 1645 los castillos de Mancera, Corral, Niebla, Amargos y Cruces, y las fortalezas San Carlos, El Molino, Chorocamayo, Baides, El Inglés, Piojo y Carboneros.
La ciudad de Valdivia se encuentra unida al resto del país por la ruta 5 sur, a 841 km de Santiago, con accesos desde el norte por San José de la Mariquina y Máfil, y por el sur desde Paillaco; cuenta con su Aeropuerto Pichoy, ubicado a 32 km al norte de la ciudad, con posibilidades de vuelos directos nacionales, y eficientes combinaciones con los vuelos internacionales.
Desde aquí se cuenta con rutas expeditas a los principales lagos, ríos, montañas, termas, bosques del sur del país, y rumbo a la frontera con Argentina, a través de los pasos Internacionales Hua-Hum y Cardenal Antonio Samoré, que conectarán al visitante con las ciudades trasandinas San Martín de los Andes y Bariloche.
Hoy emerge la irregular y desparramada la ciudad, en plena armonía con el carácter de su paisaje circundante, luchadora, amable, acogedora y emprendedora, rindiéndole como siempre el homenaje urbano a su gran recurso natural, su gente, sus ríos y su naturaleza entretenida. Su extensa y ramificada red fluvial navegable está compuesta entre otros por los ríos Calle-Calle, Valdivia, Angachilla, Tornagaleones, Cruces, Cau-Cau y Naguilán.
Hoy con 152 mil habitantes, la ciudad se ha transformado en un eficiente complejo universitario, científico, industrial, hotelero, extrahotelero y gastronómico, con el más alto nivel culinario y de servicios asociados, todo muy acorde con los tipos de turismo y actividad que en forma natural se han desarrollado en toda esta zona.
Pero este desarrollo no es una casualidad. Son múltiples los hoteles e instituciones que ofrecen garantizados espacios aptos para tales manifestaciones, con servicios de última tecnología, atención personalizada y opciones de actividades pre y post congresos que, sin salir de la provincia, logran culminar el viaje con increíbles experiencias en su exuberante naturaleza.
La oferta de productos típicos, mazapanes, chocolates, mermeladas, cidras, cerveza y crudos de tradición alemana, constituyen una importante faceta de los atractivos que se pueden encontrar en Valdivia. La provincia, por su ubicación estratégica en la puerta de la Región de los Lagos, es el trampolín ideal para recorrer el sur de Chile.
Naturaleza Entretenida
Las aguas interminables, que bañan sus riberas son tan impresionantes que, donde usted mire verá con sorpresa cómo los ríos reaparecen mágicos en la búsqueda del esplendor de su descubrimiento.
Inserto en la ciudad y a pocos kilómetros de la misma, aparecen Curiñanco, Monumento Natural Alerce Costero, Jardín Botánico, Parque Saval, Santuario de la Naturaleza, Parque Natural Isla Huapi y Fundo Teja Norte.
Sólo el visitante tendrá la oportunidad de evaluar estas maravillas naturales que permiten además practicar deportes y actividades, tales como: rafting, trekking, bicibleta, cabalgatas, fotografía, ornitología y montañismo en diferentes niveles de dificultad.
Pero la ciudad y sus alrededores no es todo lo que puede el visitante recorrer en Valdivia. Desde la Cordillera de los Andes hasta el mar, por expeditos caminos pavimentados y de ripio que lo llevarán a lugares de ensueño. En cada ruta que usted elija, saldrán a su encuentro el mar, los ríos, lagos, islas, volcanes, bosques nativos, grandes praderas y aguas termales. Para descubrirlos sólo requiere indumentaria cómoda, como un sombrero y los implementos necesarios para practicar deportes y cazar imágenes, y así guardar sabores de esos momentos en los que usted fue conquistado por nuestra naturaleza.
La cordialidad de la gente que conocerá en su viaje, le recordará otros tiempos. En los que la anonimia de las ciudades era un término desconocido, y donde siempre existía la mano amiga que se acercaba para desearle un buen día y ayudarle en lo que se pueda.
Por sus características geográficas y climáticas, Valdivia sin lugar a dudas es la zona perfecta para practicar los más variados deportes acuáticos de montaña. El límite del riesgo sólo lo pone usted, siempre disponiendo de guías y asesorías en cuanto a su seguridad, su mayor deleite, y el cuidado de nuestro medio ambiente.
La navegación deportiva está por definición vinculada a Valdivia. Más de 280 kilómetros navegables y una de las pocas oportunidades en el mundo de adelantarse en una ciudad desde el mar o navegar a través de ella; desde los sencillos botes a remo, las bicicletas náuticas y canoas, así como también kayak, motos de agua, veleros, hasta llegar a yates costeros y oceánicos construidos para navegaciones más prolongadas.
Aquí en Valdivia, todo tipo de embarcación está permitida. Estamos preparados para recibirlo. La provincia de Valdivia es un destino obligado para los amantes de la pesca deportiva, en sus variantes más atractivos y de dificultad diversa fly-casting-spinning y trolling, a pie o embarcado, marítima, fluvial o lacustre.
Usted visita entre otros, los ríos Bueno, Enco, San Pedro, Calacurrupe, Mañío, Huenehue, Llanquihue, Pellaifa, o los lagos Ranco, Neltume, Maihue-Chollinco, y si lo prefiere, pesca en el mar en Alepue, Chan Chan o Curiñanco.
Desde las alturas desafiantes del volcán Mocho- Choshuenco, los caprichosos y sinuosos ríos cordilleranos, hasta las múltiples opciones ofrecidas por sus tranquilos lagos, donde la práctica de un simple baño, el ski y los paseos en lancha se transforman en verdaderos descubrimientos naturales, que desde ahora le invitamos a proteger para su conservación y herencia a las nuevas generaciones.
La fantástica belleza de sus paisajes naturales puede ser percibida a través de miradores, o de recorridos, tanto programados como los que defina al azar, de acuerdo a su disponibilidad de tiempo y su gusto por la aventura.
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